FINGIENDO...
Cuando un ser querido muere, es muy difícil de aceptar, de superar.
Cuando ese ser tan especial se va, morimos al instante, pues sabemos que jamás regresará y empezamos a fingir, fingimos que estamos bien, fingimos que ya no duele.
También fingimos ser felices y que todo marcha bien, pues es la única forma en que nadie te criticara, pues no saben la verdad.
Fingimos tanto que al final empezamos a vivir una fantasía donde por fuera es alegría y por dentro mueres cada día de tristeza y soledad.