Todos los días son buenos para comenzar a descubrir sonrisas hermosas manos hábiles, actos valiosos, espíritus valientes, luchadores incansables...
Cada ser humano tiene un valor especial, un don divino que recibe al nacer y que si se descubre, puede utilizarlo para su beneficio y para el de los que le rodean...
Hagamos un alto en nuestra prisa diaria, miremos el interior de nuestros hermanos y aprendamos a valorarlos por lo que son y no por lo que quisiéramos que fueran.