Yo elijo ser feliz: me enfrento a mis miedos, admito, acepto y corrijo mis errores en la medida en la que puedo. Comprendo mi inseguridad, mis necesidades, mi angustia y mi malestar. Ya no rechazo todo eso que forma parte de mí. Me hago compañía en la soledad,
libero mi tristeza. Tomo decisiones para no ser víctima de las circunstancias y así es como consigo la paz en la que puede descansar mi felicidad.