Aunque no puedas
recordarlo ahora,
hiciste un juramento
con las estrellas
como testigo,
ofrecer tu corazón
a este mundo.
Estuviste de acuerdo
en mantenerte desnudo, en carne viva,
y vulnerable para siempre,
para entrar en
el corazón de la tristeza
y en el océano de la ternura
si era allí a donde te llamaba el corazón.
Tu única guía
es lo desconocido
y tu único mapa
se encuentra dentro
de las células de tu propio corazón.