Si pudieras mirar detrás del fino velo de lo que llamas "persona",
si pudieras mirar realmente en el corazón de todos y de cada uno,
no podrías dejar de amarles.
Solo nuestras falsas proyecciones de la mente intentan justificar
por qué no es sensato amar a un extraño, por qué es arriesgado.
La mente egoísta dice que los otros no merecen ser amados.
Mientras que el odio y la desconfianza separan,
el Amor lo une todo en armonía y gozo.