google.com, pub-5586298736741103, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sueños de Amor Y Magia

lunes, 28 de febrero de 2022

Feliz y Bendecido Martes tengamos todos.


 Porque nuestro paso por la vida no es eterno, porque todos necesitamos afecto y cordialidad, porque cada uno de nosotros somos distintos, y tenemos los mismos derechos:
Trata a los demás como deseas que los demás te traten a ti.  
¡Nuestro mandato es de AMAR, no JUZGAR!
Feliz y Bendecido Martes tengamos todos.

Abuelas y nietas

 


“Una abuela y una nieta...

La unión entre ambas será fuerte e inquebrantable, durará toda la vida y aún después...

Una abuela y una nieta serán más que cómplices, serán más que amigas, serán juventud y sabiduría...

Una abuela y una nieta son dos almas gemelas, un lazo de amor, de risas, juegos y cantos...

Una abuela y una nieta son tiempo infinito, son luz y alegría, son versos, poemas y magia...

Una abuela y una nieta son hadas, princesas y sirenas... Son dos Ángeles de alas blancas volando en un mismo cielo...

Una abuela y una nieta se conocen, se comprenden cómo dos confidentes, se complementan en el tiempo, la vida y el espacio...

Una abuela y una nieta, siempre extenderán sus brazos, siempre abrirán sus manos... para la cuna de un abrazo, para las caricias en el momento justo y esperado...

Una abuela y una nieta no necesitan verse a diario, saben que están ahí, cada una, unidas en la distancia y en el pensamiento, en el recuerdo, en las estrellas y en la luna...

Una abuela y una nieta nadie habrá de separarlas, ni la distancia, ni el tiempo, ni la muerte... Porque sus recuerdos, alegrías, juegos y cantos, ¡vivirán en sus corazones para siempre!

La unión entre una abuela y una nieta es un lazo inquebrantable y ETERNO... “


Para que floreciera

 


Para que ella floreciera como la ves ahora, tuvo que pasar por todas las estaciones y jamás nadie la hizo detenerse en su proceso, aunque tuvo tiempos de lluvia, jamás se hundió; ella simplemente abrió sus pétalos, y floreció de la manera más bonita.
Mírala, esa bella flor es de raíz fuerte y dicen que lleva mi nombre.

Lo que ella aún no entiende

 


Ella aún no entiende, que es demasiado mar para tan poca playa, ella todavía no acaba de entender que es a ella que la pierden, porque no saben lo que ella representa.
Quizás te la encuentres, saltando charcos, sonriendo, prestando atención a las miradas tristes, alcanzando incluso almas que no se quieren dejar alcanzar, o quizás la veas siempre brillando cerca, pero la ignoraste tantas veces que cuando la busques ya no la vas a encontrar.
Ella aún no entiende que dejó suspiros desperdiciados, en seres que no merecieron en su vida un lugar, ella a veces cierra los ojos y lagrimea en soledad, pues ella es luna de muchas noches, pero a veces se obscurece entre problemas y ninguna estrella se le acerca a brillar.
Ella algún día encontrará a alguien que le devuelva, aunque sea la mitad, de todo lo que con sus manos llenas y corazón acelerado no ha dejado de regalar. 
Ella sigue estando ahí, pero no se quedará, pues nadie en su sano juicio, se queda cerca de quien solo la sabe alejar. 

Exceso de empatía


 

Sé que mucha gente me aprecia


 

Me enamoré de quien no debía ni me merecía

 


Sí... soy aquella que se enamoró de quien no debía, de quien no me merecía, intenté negar este amor, arrancármelo y entregártelo para que terminaras de destruirlo, quise alejarme de ti me propuse:

-Olvidarte, olvidarte, OLVIDARTE...
Era tan fácil decirlo, repetirlo, creerlo, pero no así vivirlo y hacerlo realidad.
 Debí soportar tus defectos, tu falta de compromiso, tu amor sin base, que era llevado como una pluma al viento en busca de nuevos brazos en donde sentirte cobijado.
Sufrí tus ausencias, esperé por ti días, semanas contadas y odiadas hora tras hora.
Hasta que volvías y yo... ahí sí olvidaba todo, perdonaba todo, qué tipo amor era ese, que me tenía como una marioneta ante tus deseos.
Fuiste un maestro, usaste a tu favor la forma en que te miraba y lo mucho que me gustabas. Me conquistaste como solo tú sabes hacerlo, necesitaba tanto todo lo que tú me diste que, aun dudando me entregué, asumiendo mi responsabilidad y creyendo que llegado el momento podría retirarme intacta, sin daños.
Que ilusa, cuando intenté huir no pude hacerlo porque ya te amaba, te amaba con un amor inigualable, con un amor que poco a poco me llevaba a mi destrucción, pero qué importaba, qué más daba, no podía sentir más de lo que ya sentía por ti.
Te amaba a ti y me odiaba a mí por permitirme ser quien siempre te esperaba, quien sabía de tus aventuras y así te aceptaba.
Me convertí para ti en un lugar a donde regresar cuando no había más opción, te abrazaba y mientras te besaba con dolor, con rabia, con amor, en mi mente te maldecía y repetía debo OLVIDARTE.
Viví el duelo de perderte cada vez que me abandonaste, sabía que un día, algún día sería yo quien me alejaría.
Luchaba entre lo que debía hacer y no quería, no imaginaba mi vida sin ti, sin tu «amor», sin nuestros encuentros, no quería poner fin a lo que me hacía sufrir, no quería dejar de ver tus ojos, oír tus palabras, aunque estuvieran cargadas de engaños y mentiras, no quería...
Me sentía como una adicta dependiente de ti, ansiosa de una dosis de tu ser.
Me hundía, caía y me perdía, no podía seguir así, no lo merecía.
Un día volviste y me sorprendí...
 -no por tu regreso- 
Me sorprendí porque al mirarte no te encontré, al besarte no vibré, y al entregarme a ti no sentí que vivía.
Había llegado el momento, lo comprendí, y no supe cuando pasó, tal vez en esas noches de angustias y lágrimas el amor murió de descuido y decepción.
Me fui... se acabó, ya no lo quería y en tu cuerpo dejé enterrado todo mi gran amor.
Merylú.

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