google.com, pub-5586298736741103, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sueños de Amor Y Magia

lunes, 21 de marzo de 2022

Te daré paz.

 


Te daré paz.
"Hay una historia en la Biblia sobre unos hombres en un bote que fueron atrapados en medio de una gran tormenta.  Tienen miedo por sus vidas.  Toda esperanza parece perdida.  Pero luego llaman a Jesús que está en el bote con ellos.  Él responde a su llamado y habla paz a la tormenta.  Calma el mar embravecido a su alrededor, y lo más importante, el miedo en sus corazones.
 Dios quiere traer paz a las tormentas en nuestras vidas.  No quiere que vivamos con miedo o que perdamos la esperanza.  Cuando la tormenta se desata a nuestro alrededor, podemos encontrar consuelo sabiendo que no estamos solos.  El Dios de la paz está en el bote con nosotros.  No estamos solos.  No nos enfrentamos a la tormenta solos.  Él está con nosotros y él es para nosotros, si lo llamamos.
 “Paz te dejo; te doy mi paz No como el mundo da, yo te doy a ti.  No se turbe vuestro corazón, ni tengan miedo” (Juan 14:27).  Vuélvete a Él hoy."
 Max Lucado

domingo, 20 de marzo de 2022

Te siento mío, aunque no estás conmigo


 “Te encuentro hasta en la música que escucho.
Estás ahí y suenas, suenas en mí cabeza.
Y me quito los audífonos y la música se va... pero no te vas tú.”.

Dos primaveras



 

Las personas tristes


 

Hasta mañana, lindos sueños


 

Lindo Lunes y bendecida semana


 Todo pasa...
Siempre existe un rayo de luz, una mano amiga o un beso en la herida que te recuerda que no todo está perdido.
Que hasta lo triste tiene algo bonito: que te enseña”.
Dicen que todo pasa...
Y no les falta razón. Pasa el tiempo cada vez que te sientas a esperar a que pasen cosas. Pasan cosas cuando te levantas, tomas decisiones y pasas a la acción.
Pasas a la acción cuando te das cuenta de que la vida pasa y tú ahí...
Tan así.
Tan viendo tu tiempo pasar de largo.
Por pasar, pasan hasta las modas. Él amor ya no es lo que era y, aunque terminen regresando, ni la ropa, ni las personas, ni las situaciones lo hacen de la misma forma. Supongo que esto ocurre, básicamente, porque tú ya no eres la misma.
Y menos mal...
También pasan las malas rachas.
Que lo que hoy puede ser malo, mañana puede que lo sea menos; o que, aunque toque pasarlo mal un tiempo, siempre existe un rayo de luz, una sonrisa, una mano amiga o un beso en la herida que te recuerda que no todo está perdido.
Que hasta lo triste tiene algo bonito: que nos enseña.
Pero lo que más miedo me da que pase son las oportunidades.
Sobre todo, las perdidas. Porque estas últimas son tan traicioneras que solo dan la cara cuando ya han pasado.
Como algunas personas.
Quizás por eso convenga recordar que la vida es ahora y que, hasta nuevo aviso, te tienes a ti misma.
Que lo que venga, si no es para sumar, que se vaya Lejos.
O mejor, que ni se acerque.
Que eres dueña de tu vida, de tus decisiones y de tus sueños.
Y que más allá de «ahora» nunca se sabe. Pero ahora sí...
Ahora ya lo sabes. Ahora es más ahora que nunca y tienes la oportunidad de no perderla. 

APRENDE DEL ÁGUILA.

 


PARA CRIAR HIJOS RESPONSABLES, APRENDE DEL ÁGUILA.
La razón por la cual el águila construye su nido con hierbas, plumas y espinas, es muy sencilla.
Cuando el aguilucho ha llegado a cierta edad y tiene condiciones para valerse por sí mismo, la madre saca del nido las plumas y las hierbas, de modo que solo quedan las espinas para que incomoden a la criatura.
El aguilucho ya no tiene confort, entonces las espinas le obligan a buscar una mejor casa.
Ahí entra el águila madre: desde determinado punto de altura lanza a su hijo y empieza a enseñarle a volar. Lo arroja, el aguilucho extiende las alas, pero todavía no puede sostener el aleteo, el viento le gana, y empieza a caer.
La madre lo observa y desciende a su rescate; lo toma con las patas, nuevamente lo sube y repite la operación, lo vuelve a lanzar. Y así, hasta que la criatura aprenda. 
Una vez que aprende ya está apto para emprender su propio rumbo.
Las águilas no apañan la dependencia.
Las águilas no mantienen a hijos ociosos, o vuelas o vuelas.
Nada es casualidad, nada ocurre por accidente y todo es superable. 
Hay un principio fundamental que es: todo lo que usted está viviendo, es por lo que ha creído, incluso las personas que le rodean. 
Usted atrae y aleja a personas que tienen que ver con lo que Ud. está creyendo y quien está “siendo”.
Zig Ziglar decía: “no puedes volar como un águila si estás rodeado de pavos”. 
Su manera de pensar y de actuar, en gran parte la define su propio entorno. ¿En qué ambiente vive? ¿Rodeado de personas que le aportan o le restan? Es un ciclo interminable.
Esto es la suma de muchos factores, pero cada uno somos responsable de lo que nos sucede, de las personas que conocemos, de las oportunidades que nos generamos. 
Todo cambia cuando usted cambia y deja de atraer a ciertas personas y circunstancias para atraer a otras.
Así es como vamos creciendo, evolucionando y nos podemos dar cuenta de qué tal vamos en este examen llamado “vida”.

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