Tristezas

 

No vivir en vano

Dicen que cuando uno ha cumplido lo que vino a hacer a este mundo, se va. Como si ya no tuviera nada más que hacer aquí. 

Somos los que aún seguimos vivos en esta tierra los que tendremos que encontrarle un significado al dolor, para que no nos quedemos atrapados en él perdiendo de vista nuestra tarea. 

Pero por el momento tendremos que tener paciencia. Primeramente, con nosotros mismos. En ningún lado está escrito cómo habremos de transitar nuestro duelo. Es personal y único. Y pretender encasillarlo para comodidad de otros no hará sino prolongar indefinidamente el sufrimiento y estancarnos en un pantano del que nos costará salir.

Será necesario que nos apoyemos en las personas que nos quieren, como si fuésemos niños otra vez. Los necesitamos para transitar confiados este sendero desconocido, este camino misterioso que tarde o temprano todos tendremos que atravesar. Sin olvidar, como dijo C.S Lewis al perder a Joy, que el dolor que ahora sentimos es parte de la felicidad de entonces.

Cuando uno atraviesa en profundidad un duelo es como si volviera a nacer. Nos parece haber atravesado un canal de parto oscuro, resbaladizo, en que nos sentimos comprimidos, asustados. En el que por momentos no podemos ver la luz al final del túnel.

Pero un día sacamos la cabeza, vemos al sol, otras caras nos sonríen. Nos damos cuenta de que no estamos solos. Que no somos los únicos seres en el universo que han sufrido una pérdida. Y, lo más importante, que nuestros seres queridos que murieron siguen viviendo en nuestro corazón.

Y el mejor homenaje que tal vez podamos hacerles es vivir nuestra vida plenamente. Agradecidos por el tiempo que los tuvimos junto a nosotros y confiados en que volveremos a estar juntos otra vez...

Me hubiera gustado decirte adiós...

Autor Desconocido

 

Buen día para todos

 

Un minuto de silencio

 

No existe el límite de edad para ser feliz

 

Siempre me critican por mi forma de ser…
Y yo, me pregunto: ¿Hay límite de edad 
para ser feliz? Que yo sepa. ¡No!
No existe ningún impedimento para ser feliz.
He leído muchos libros y en ninguno dice 
cómo debo comportarme a que edad...
Tengo unas cuantas décadas hermosamente 
ganadas a la vida, pero soy educada, respetuosa, libre y feliz.
Me visto y conduzco por mis tiempos con
alegría, soltura y elegancia. Y si...
Lo admito tengo la edad, la hermosa edad para
disfrutar mi madurez cómo quiero y donde quiero,
porque me lo gané a través de mis años vividos.
Mi cuerpo y mi alma me dan fuerza para seguir
bailando al ritmo del tiempo que va pasando. 
Autora: ANNY CATARINI

No temas dejarme sola

 

Hasta mañana

 

En 10 años, vas a querer tener la edad que tienes hoy para hacer lo que no estás haciendo, por miedo al "qué dirán los demás".

Que no se te pase la vida.

Buen descanso.