Lindo y bendecido comienzo de semana

 

"La vida si cambia.
Cambia cuando dejas de contar fracasos y comienzas a trabajar por victorias.
Si, la vida cambia. Pero primero te atropella en un par de ocasiones, lamento decirlo pero irremediablemente tendrás que caer.
Y si, todo pasa, las penas, las desgracias y un montón de contratiempos a los que tendrás que enfrentarte. Nadie dijo que sería fácil, pero solo unos cuantos se aventuran a levantarse nuevamente después de la primera caída."
La vida cambia cuando aceptas que las derrotas son parte de ella y decides darte a ti mismo una segunda oportunidad."
*Francisco J. Zárate*

Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio

 

Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar a nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser contribución.
Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como flor o pajarito, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse a hacer nido.
La mayoría de las veces llamamos a éstas personas “AMIGOS"...
Texto:  Edna Frigato.

Mezclarnos con personas apropiadas

 

No existe el tiempo perdido

 

Hermosa mañana de domingo.Buenos días.

 Quien conoce a Dios no tiene miedo a vivir. Ni a morir. Porque cuando tú caminas de su mano, todo es diferente. 

Quizás habrá personas que intenten hacerte daño, pero Dios estará contigo siempre, y te librará de todo mal. 

Porque Él nunca soltará tu mano, hasta el fin de tus días, o hasta el fin del mundo. Y si Dios está contigo... quién contra ti!

Cuando alguien te ama de verdad

 

Me fui de ti.

Me fui de ti

porque en ti no había un espacio que yo pudiera habitar;

porque a alguien que nada quiere recibir, 

nada se le puede dar.

Porque mis aves entraban en tu cielo y se congelaban de indiferente frío;

porque mis navíos naufragaban en tu tempestad;

porque las aguas de mi mar

se secaban en tu río,

porque mi vuelo y tu vuelo eran de diferente velocidad.

Me alejé de ti

porque marchitabas mis girasoles naciendo,

porque tu muralla era más alta que mi desahuciada poesía; 

y mis heridas

las abrías sin intención, 

pero igual dolía.

Me fui de ti

porque me di cuenta 

que yo era la nota de una canción…

que jamás cantarías

 y porque irse también es amar.

— ZàiL