No me hables de dolor

No me hables de dolor si nunca te fuiste

a dormir con el corazón que se te rompía 

en mil pedazos y no había

nadie ahí para solucionarlo.

Buen día a todos los que siempre encontramos la alegría de vivir

Buen día a todos los que siempre encontramos la alegría de vivir,incluso cuando no haya muchas cosas por las que alegrarse.

Buen dia a nosotros que amamos,que lloramos y nos reímos.

A los que nos ponemos nerviosos por nada y sentimos pena por todo.

Buenos días a ti y a mí,a nuestra complejidad a esa mujer segura de si misma que quizás doblarán, pero nunca romperán,a todo ese mundo de colores que siempre llevamos dentro.

Cuando me necesites estaré junto a ti.

No puedo cambiar el pasado ni el futuro,

pero cuando me necesites estaré junto a ti.

No puedo evitar los tropiezos,

solamente puedo ofrecer mi mano para que

 te sujetes y no caigas.

He perdonado cosas que a mi no me perdonarían.

Las penas se quedan atrás, no las tengas presente más.

 La vida no se regenera de malas memorias, 

se revitaliza con una sonrisa, con nuevos sueños.

Mis defectos me hacen única

Sé amable, pero no fácil. Sé digna, pero no orgullosa.Sé tierna, pero no flexible. Ama, pero con el corazón,Sé mujer, pero no muñeca.

A veces la clave está en darle tiempo al tiempo, él se encargará de poner todo en su lugar.

El Corazón de cada mujer es diferente. Están escritos a través de sus ojos, en su sonrisa, a través

de sus acciones y en sus lágrimas, pero eso si aman con el corazón.

La distancia no impide amar

Podemos no abrazar ni besar,pero eso no impide que a través de la distancia nazcan sentimientos.

Y en esa distancia amar con todas las fuerzas a alguien que no tenemos a nuestro lado.

Reflexión,Vivir para mejorar

Nos vamos acostumbrando a todo, hasta a sufrir.

Pasa el tiempo y vamos resignado nuestras vidas, anestesiando nuestras emociones y perdiendo nuestra capacidad de sentir.

Nos acomodamos incómodamente a la realidad que nos toca, sin saber que somos sus creadores. Vamos perdiendo la alegría, la ilusión y la esperanza.

Casi sin darnos cuenta vivimos sin motivos o con el solo motivo de sobrevivir. Nos hemos acostumbrado.

La rutina, las viejas creencias y mandatos, el qué dirán, las excusas, nuestras excelentes excusas, nos van atando, amordazando y venciendo.

Pero alguna vez existió un niño en cada uno de nosotros. El que creía en sí mismo, el que se escapaba para ver cosas nuevas, el que preguntaba esas preguntas incómodas, el que se sorprendía con los regalos de la vida.

Y sigue allí, esperando que lo vuelvan a llamar, que lo convoquen con amor a despertar. Sigue esperando que dejen salir su alegría, su curiosidad, su amor incondicional por la vida misma.

No hay nada afuera para despertar, y esta allí, sólo a un pequeño paso interno, muy cerquita de tu corazón.

No te resignes, no te acostumbres a sufrir. 

No más!!!

Mucha vida para todos!!