Regresar a casa cansada, pero con la dignidad de trabajar sin que nadie te diga nada, sin que te digan "Yo te mantengo", sin que tengas que agachar la cabeza por nadie. Así eres tú, puedes llevar la tristeza en los hombros,
pero tu dignidad de mujer siempre inquebrantable.
pero tu dignidad de mujer siempre inquebrantable.