GRACIAS a las personas que me incitan a sentir. Que me enseñan que llorar no es una debilidad, que a veces hay que gritar para despejar el alma y que soltar una carcajada revitaliza.
GRACIAS por recordarme que soy humana y mis emociones deben ser expresadas para entender a mi corazón y que no se endurezca.
GRACIAS y muchas a todos los que me han enseñado que mostrar lo emocional es tener carácter y fortaleza.