Hay días como hoy, días en que el sueño se apodera de mi, despierto y me digo, “un ratito más” y ese ratito más se vuelven horas, abro los ojos, mis gatos y mis perros me miran, quieren comer, me levanto los atiendo, me lavo los dientes tomo mis pastillas, tengo que desayunar, lo hago, pienso “luego del desayuno saldré a caminar,salir” pero no pasa, me acurruco nuevamente en mi cama, en mi edredón y sábanas , para que cumplan la misión de mantenerme cómoda en estos días de sueño y bajones de ánimo.
Nuevamente abro los ojos, “me volví a quedar dormida!”, paseo sola por mi casa, aún en pijamas, miro por la ventana, miro mis plantas, las reviso, me doy cuenta que la hora del almuerzo pasó hace mucho, “no importa” me digo “total desayuné muy tarde”, nuevamente entro al baño me aseo, me acurruco nuevamente en mi cama, es tan cómoda, tan calentita, miro el celular, la tarde llega.
No se que es, pienso por qué una persona como yo se sentiría así, pudiendo hacer lo que le da la gana?, habían días en que cancelaba salidas, sólo por dormir.
Ya es tarde, aún no tengo apetito, pero debo comer antes que llegue la noche, comer de noche no me deja dormir bien y el círculo vicioso no parará; me preparo algo ligero, enciendo la tele, me distraigo, “no hice nada de lo que me propuse hacer hoy” pienso, no importa, mañana si lo haré; sé que el día en que me levante con ganas de hacerlo llegará, siempre pasa y me vuelvo muy activa y me siento bien; solo necesito dormir, llega la noche, tomo mi pastilla y cierro los ojos nuevamente.