Tú eres infinitamente digno porque existes.
No necesitas hacer nada para probar tu valor.
Eres inherentemente adorable COMO TÚ ERES.
Y libre...
Libre de la necesidad de completarte con el tiempo.
Libre de la necesidad de ser querido.
Libre de la necesidad de borrar la "infelicidad"
Libre de la necesidad
de resolver este misterio llamado vida.
Esto es la felicidad:
La ausencia de aquel que la busca.