La vida es un viaje sin retorno. Hay que tener listo el equipaje, gozar de los seres queridos permanentemente,
extraer todo lo positivo, aprendiendo y disfrutando todos los días, viviendo cada momento como si fuera el último,
siendo mejores personas, con dignidad, honradez, felicidad, amor y humildad, haciendo el bien siempre, para no tener temor alguno ni arrepentirse;
de tal forma que, cuando nos toque viajar, dejemos una huella imborrable por las cosas positivas.