A medida que pasan los años descubrimos que si tan sólo los seres humanos lucháramos para ser personas de bien,
con grandeza en el corazón y el alma, este mundo que nos trae de cabeza,
sería mucho mejor. También he aprendido que damos valor a lo que no lo tiene,
y las cosas importantes las dejamos de lado. La vida te enseña que no es mejor persona el que todo lo tiene, sino el que es bondadoso de corazón. Todos buscamos ser amados y apreciados,
y al no conseguirlo caemos en el error de comprar el cariño de los demás.