Hoy Aprendí...
Hoy aprendí que el trago más amargo de la vida, lo cura el amor, el amor te levanta del más profundo vacío, te hace sonreír y te da ánimos para continuar.
El amor sana las heridas, de repente, todo tiene un mejor aspecto, la vida se vuelve más dulce, los motivos para hacer o decir las cosas son siempre distintos, el amor mueve barreras, mientras dure siempre existirá una esperanza, una velita encendida que todas las noches te inspire a continuar, a luchar por lo que te gusta, a realizarte como ser humano, a ser cada vez mejor.
De repente todo es transparente, las tinieblas se disipan, la apatía se va de vacaciones, la amargura te abandona y la bella luna que antes era triste, te arrulla en las noches de paz que anteriormente eran oscuras e interminables.
Abres los ojos al amanecer y das gracias por la vida y por todo, el camino, ya no se ve largo y vacío, porque al lado tuyo hay un alma que te acompaña, de la mano y sonrientes, cruzan una mirada cómplice y se disponen a recorrer una y todas las veces que sean necesarias el sendero asignado.