Me enseñaste que no hay un plazo para decir te amo o regalar un te quiero.
Me enseñaste que lo que sentimos no se mide por el tiempo, que no tengo que esperar 1, 2 o 3 meses para decir te amo,
me enseñaste que a este amor lo protegemos entre los dos, que somos dos,
que nuestro amor rompió todas las barreras que sobrevivió a través del tiempo, que nos buscamos y nos encontramos,
que no necesitamos exhibir este amor con nombre y apellido, que somos quienes somos y somos dos para amarnos.