Me volví maga el día que pude poner mis pies sobre la tierra y sostenerle al otro la mirada.
Me volví bruja desde que pude comprender mi corazón y así leer con compasión el corazón de los demás.
Me volví hechicera desde que me permití ser mas vulnerable.
Me volví mujer desde que pude mirarme desnuda frente al espejo y verme a mi misma con los ojos del alma.