No vivas hacia atrás.
No comiences recargado de sombras.
No des la espalda a la luz.
No te reflejes en lo que pasaste.
No te aferres al mismo punto de partida.
Párate en la proa de tu barco, levanta de nuevo las velas,
mira hacia lo largo y lo ancho del mar…
cuando te convenzas
de su inmensidad encontrarás otro camino y,
cuando mires al cielo parecerás gaviota que apartándose de todo encuentra el camino.
Con el pasado aprendes, con el presente renaces y con el futuro sueñas.
Vivir empezando, es la forma de llegar.
Lo demás… ¡Olvídalo!