Cuenta tu jardín por las flores, no por las hojas caídas. Cuenta tus días por las horas doradas, y olvida las penas. Cuenta tus noches por estrellas, no por sombras. Cuenta tu vida por sonrisas, no por lágrimas.
Sueña lo que desees soñar; ve dónde desees ir; sé lo que deseas ser, porque solamente tienes una vida y una oportunidad para hacer las cosas que ambicionas.
Ten la suficiente felicidad que te haga dulce, los suficientes tropiezos que te hagan fuerte, la suficiente tristeza que te haga humano y la suficiente esperanza que te haga feliz.
Recuerda que la vida comienza con una sonrisa, crece con una ilusión y se fortalece con el anhelo de ser cada día un poco más sensible, más afectuoso, más amable e íntimamente bello. Y para tu gozo en esta vida, cuenta tu edad por amigos, no por años.