google.com, pub-5586298736741103, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sueños de Amor Y Magia

martes, 28 de septiembre de 2021

Los hijos no se van la vida se los lleva

 


Los hijos no se van la vida se los lleva
Recuerda:
Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad. 
No es que se van... es que la vida se los lleva. Ya no eres su centro. Ya no eres propietario, eres consejero. 
No diriges, aceptas. No mandas, acompañas. No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas. 
Ya les crecieron alas y quieren volar. 
Ya les crecieron raíces y maduraron por dentro. 
Ya les pasó las borrascas de la adolescencia y tomaron el timón. 
Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado para vivirla por su cuenta. 
Ya saben que son capaces de las mayores aventuras y de la más completa realización. 
Ya buscarán un amor que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino, que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir. Y si esa primera experiencia fue equivocada, tendrán sabiduría y las fuerzas para soltarla, así, otro amor les llegará para compartir sus vidas en armonía.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas. 
Lo importante es el corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.
 Tú quedas adentro. En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón.
Tú quedas atrás. En el beso que les mandas. En la oración que los sigue. Tú quedas siempre en su interior, aunque cambies de lugar."
Autor desconocido

Buen día para todos.

 


El café sabe a recuerdos. 
Recuerdos maravillosos, por eso me gusta el café dulce, me recuerda a los momentos llenos de felicidad.
El café amargo sabe muy feo, me recuerda a soledad. 
Frente a una taza de café, se piensa se reflexiona, se sueña, se imagina, se escribe los textos más hermosos para que tú los disfrutes y te llenen el alma. 
Son momentos mágicos, momentos que nos invitan a soñar y a agradecer todo lo bueno que nos pasa en la vida. 
La tranquilidad de la tarde deja ver que la tormenta del día ya ha pasado. 
Este cielo azul y este café llenan mi alma. 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Pedir y esperar de la persona equivocada


 

Ya no persigo a nadie


 

Lo malo de una persona observadora


 

LAS HOJAS NO SE CAEN, SE SUELTAN

 


LAS HOJAS NO SE CAEN, SE SUELTAN
Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.
Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.
Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella
es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.
La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.
Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!.
Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad. Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad
ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.
Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas. Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.
¡Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados,
con este entorno ya conocido… Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”.
Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.
Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

Buenas Noches


 Buenas noches, dulces sueños y muy buen despertar. Bendiciones.

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