google.com, pub-5586298736741103, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sueños de Amor Y Magia

lunes, 9 de agosto de 2021

Sobreponerse al dolor.


 

Lo bueno que merecemos.


 

Buenos días mi gente hermosa

 


"Dicen que se eligen los amigos.
Yo creo
que uno elige
ya
demasiadas cosas:
las plantas del jardín,
los zapatos,
los nombres de los hijos,
la hora en el reloj
despertador.
Pero un amigo
no viene
en un envase,
ni está cortado
a tu medida.
Te llega,
en medio de la vida,
y tiene
olor a abrazo."
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domingo, 8 de agosto de 2021

El sentido de la vida


 

Gracias Dios mío.


 

Almas maduras e inmaduras.

 


Las almas maduras transmiten paz, las inmaduras ansiedad. Las primeras son un tejido de templanza, de acciones armoniosas y de miradas profundas, son un reflejo de lo más precioso de todo. Son almas que están siempre a la temperatura justa, listas para obsequiar claridad allí donde haya sombra, deferencia allí donde reina la indiferencia.
Las almas inmaduras quieren todo para sí mismas. No han logrado encarnar totalmente, están en etapa de formación, de gestación.
Las almas inmaduras viven en y para el deseo. Las almas maduras conocen las estaciones del amor, el fuego que necesita cada situación. Oxigenan la vida de quien se acerca a ellas. Son sensibles y amorosas en su comunicación, no hacen ruido, son música. Se han creado así mismas respirando mucho y hablando poco. Ríen mucho, muchísimo, pues saben que la distancia más corta entre dos personas es una sonrisa.
Un alma madura siempre propone, no impone. Su libertad no es negociable ni su paz tampoco. Caminan con pausa, transmiten pausas, son espacios vacíos que permiten y nos permiten nutrirnos, sentir que todo tiene un mejor color. Lo transforman todo en ocasión propicia. Son verdaderos atletas del instante.
Sus raíces están en cielo, por eso contagian abundancia.
Su forma de amar es cautivadora.
Trabajan en la tierra pero disfrutan en el cielo, ellas, sí, ellas, las almas maduras. Empapadas de miel por dentro, huelen a una dulzura que jamás empalaga.
Sus acordes están hechos de hallazgos, sus notas de latidos. Son una sinfonía de luz. Crecen allí donde se encuentren, dan frutos todo el año.
Se alimentan siempre de lo que crece, jamás de lo estancado y menos de lo que está muerto. Su yoga es el momento presente, su religión, el amor, su espiritualidad, la compasión. 
Autor: Diego Van

Verbo Ayudar


 

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