Cuando pierdes a alguien es porque Dios necesitaba ángeles y eligió a tus seres queridos la tristeza es infinita, no hay dolor que se compare a eso. Y pasan los días y por momentos el dolor pareciera anestesiarse, pero no, la tristeza funciona como las olas del mar, se aleja para volver con más fuerza, entonces te tira de un golpe y te revuelca sin que puedas hacer pie y levantarte.
La tristeza hace nido en los pliegues del alma y aparece cuando menos la esperas y vuelve a morderte el corazón. Y lloras porque las lágrimas de alguna manera alivian y porque además no puedes evitarlo.
Estoy triste y no voy a pedir disculpas por no poder superarlo porque la verdad es esa HOY NO PUEDO, lo intento, pero me caigo de nuevo.
A mis ángeles, sepan que los extraño, que los amo y que cuando se fueron se llevaron un poco de mí.
Les pido que esta noche me abracen no tienen idea de cuanto las necesito.
Yo como cada día miraré el cielo y me preguntaré desde que estrella estarán mirándome. Besos al cielo. Los amo.
Autor: Marita
