Maravilloso jueves

 Señor mío, necesito tu paz, la Paz que sólo Tú me puedes dar, por eso al iniciar el día te quiero pedir un corazón con la disposición, la buena voluntad y la firmeza suficiente para dedicarme a recibir y a compartir tu paz con los demás. Vengo a Ti para dejarme bendecir con tu amor. Gracias por un día más de vida, porque me regalas tu bendición, porque no necesito a nadie más si sé que estás conmigo, pues no existe ningún ser capaz de llenar mi vida de sentido como lo haces Tú, 

pues nadie me ama tanto como me amas Tú.

Te entrego mi corazón para que actúes en él; para que lo tomes como posesión tuya, para que sea morada para tu Espíritu Santo, para que, movido por tu amor, sea multiplicador de la bendición que ha significado para mí estar a tu lado, dejarme llenar de Ti. No quiero vivir sin Ti, no quiero darle ese lugar principal de mi ser a otra realidad distinta a Ti. Bendito seas porque sé que estás escuchando la voz de mi súplica.

Que mi ser sea un vaso comunicante de todo lo bueno que haces en los hombres, por el amor inmenso que nos tienes. Despiértame con tus signos de poder, despiértame, Señor, y dame vida, porque los vivos son quienes te alaban. Salgo a construir este día seguro de tu bendición, te lo entrego porque en tus manos todo estará bien. Quiero que muestres en mí tu poder, que corra a través de mis palabras tu Palabra que sana, 

libera, vivifica, transforma y planifica al ser humano. Amén

Nunca daré el gusto de cambiar por alguien

 

Nunca estaremos solos

 

Lo que a veces necesitamos escuchar

 

"A veces, necesitamos escuchar un “te quiero”, un “eres importante para mí” o un “gracias por ser como eres”. Saber lo que significamos para alguien no es ningún acto de debilidad. No buscamos sentirnos validados, lo que necesitamos únicamente es escuchar en voz alta lo que siente el corazón, 
vernos reconocidos y acariciados a través de las palabras, del tono y de una voz sincera."

Elegí ser Madre

 

Bonito día

 

¡Arriba! Que, si has caído, no significa que así has de quedarte...
Que, si lloras, eso no implica que todo está perdido...
Que, si hoy tu cielo está nublado, no quiere decir que no saldrá más el sol...
Lo que hayas perdido, te enseñará que puedes seguir después de eso,
si has sufrido, aprenderás que puedes soportar algo más, que quizás no sabías,
si te han fallado, eso te ayudará a depender más de Dios que de cualquier persona...
Ahora, seca tus lágrimas, sacude tus rodillas y levántate,
verás cómo después de una caída será más erguido tu andar,
tus pasos más seguros pues estarás más pendiente del suelo que pisas.
Que Dios sea tu guía, toma su mano, aquella mano amorosa que nunca te soltará,
sigue amando, no importa si te lastiman, llorarás y luego resurgirás de nuevo, más radiante aún,
sólo limpia tus lágrimas, limpia tu corazón, no permitas que quede empolvado por tu caída...
      Dios te bendiga. 

A veces la felicidad