ESE ES DIOS

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ESE ES DIOS...
¿Alguna vez te has sentado por allí y de repente sientes deseos de hacer algo agradable por alguien a quien le tienes cariño?
ESE ES DIOS...
que te habla a través del Espíritu...
¿Alguna vez te has sentido tan cansado de todo, al grado de querer morir y de pronto un día sientes que tienes la suficiente fuerza para continuar?
ESE ES DIOS... 
que te cargó en sus brazos para darte descanso.
¿Alguna vez te has sentido derrotado y nadie parece estar alrededor tuyo para hablarte?
ESE ES DIOS... 
Él quiere hablar contigo.
¿Alguna vez has estado pensando en alguien a quien amas y no has visto por largo tiempo y la próxima cosa que pasa es verlo o recibir una llamada de esa persona?
ESE ES DIOS...
¿Alguna vez has recibido algo maravilloso que ni siquiera pediste?
ESE ES DIOS...
que conoce los secretos de tu corazón.
¿Alguna vez has estado en una situación problemática y no tenías indicios de cómo se iba a resolver y de pronto todo queda resuelto sin darte cuenta?
ESE ES DIOS...
que toma nuestros problemas en sus manos les da solución. 
¿Alguna vez has sentido una inmensa tristeza en el alma y al día siguiente la tristeza ha pasado?
ESE ES DIOS...
que te dio un abrazo de consuelo y te dijo palabras dulces. 
¿Alguna vez has sentido que tienes tantos problemas y las cosas ya se están saliendo de su cauce y de pronto un día todo está resuelto?
ESE ES DIOS...
que tomó todas las cosas y las puso en su lugar.

La vida es un don

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La muerte no llega con la vejez

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Este año me conocí verdaderamente

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Estoy de pie

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Enamorarse de un hombre

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Habemos quienes, 

nos enamoramos de un hombre mucho más allá de su envoltura…

Nos enamora su misterio,

su exquisita inteligencia,

su sutil y a la vez desbocada forma de seducir,

su autosuficiencia.

La magia que crea en cada espacio que pisa,

el tiempo que detiene cuando habla de lo que ama…

el que ame lo simple, la vida, 

los caminos que transforma con sus pasos.

El mundo que conquista con sólo ser.

Esos hombres son escasos,

saben meterse dentro de otra mente hambrienta de cielo, 

porque en su pecho guardan 

constelaciones completas.

Viven libres,

y el tiempo los vuelve más lúcidos, 

más románticos, 

más reales,

más poetas;

y para rimar con el estado de ánimo de tus ojos

siempre tienen la palabra perfecta.

Saben reír y también llorar, 

saben ser amados y también amar;

se revolucionan en una cama, 

en una puesta de sol,

algunos, en un papel,

o en una montaña.

Son fáciles de amar

y difíciles de olvidar.

Inconfundibles de uno a otro extremo;

hecatombes, 

precipicio,

fuego…

hombres que sí,

hombres todo terreno.

Que afortunadas somos las madres

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 ¡Que afortunadas somos las madres! Tener un pedacito de amor que nació de nosotras que nos llena, 

que nos reconstruye, que nos sana y que nos hace ser más fuertes de lo que creíamos ser.