NO PUDE CAMBIAR TU VIDA POR LA MÍA
Hubiera deseado dar mi vida, a cambio de la tuya, pero eso no fue posible.
Pedí a Dios.
Suplique e implore, pero nada cambió.
Me derrumbé, y hasta pensé que moría en vida,
noches de tristeza, de soledad, de insomnio.
La vida no se detuvo, ... mi vida se detuvo y era inevitable la pregunta ¿Por qué?
Si era una persona llena de vida de sueños e ilusiones y en un momento todo cambió.
Cuánto cuesta aceptarlo....
Cuánto cuesta renacer...
Cuánto cuesta encontrarle un sentido, a lo que ya no tiene sentido.
Me miré; y yo ya no estaba.
Me busqué y no me encontré.
Miraba en el espejo un rostro triste, lastimado, demacrado, y envejecido por el dolor.
Pero en ese momento llegó a mi mente, algo hermoso; algo bello; la sonrisa tan hermosa de mi ser amado.
¡No pude evitar sonreír al recordarle!...
Y así fue, cómo poco a poco fui descubriendo que, al dolor, lo podía ir transformando, con sus hermosos recuerdos y sus palabras de amor.
Había descubierto lo más maravilloso;
¡Su amor siempre está presente.
No pude cambiar mi vida, por tú vida, pero si puedo, honrar tú vida con mi vida.
Cada segundo, cada instante, cada día...
Aún te extraño tanto; pero mantengo la esperanza de volvernos a encontrar, ahí
en el más allá...
Y seguiré.