"A medida que crecemos no debemos olvidar que de pequeños fuimos simples, sinceros, expresivos, alegres y dueños de una enorme imaginación.
Los días estaban hechos para jugar, gritar, correr, cantar y nunca alcanzaban para todo lo que queríamos hacer.
La vida era sorprendente y maravillosa, pero a veces también podía ser triste y muy, muy difícil.
Aprendimos que las cosas sucedían aunque no lo quisiéramos y que todo, incluso lo bueno y lo malo, iba a terminar en algún momento.
Es por esto que debes tratar que tu espíritu y tu pensamiento sean libres y estén llenos de luz. Presta atención a todo y a todos y cambia de dirección tantas veces como creas que haga falta. Guíate por tu instinto y continúa avanzando. No tengas miedo. La aventura te está esperando.
Persigue tus sueños y a medida que avances pinta tu camino con los colores que más te gustan y te identifican.
Al final, cuando mires hacia atrás, verás que no sólo dejaste huellas de luz y color, sino que tu presencia hizo que el mundo fuera un poco más feliz."
Jorge Cohen Mauer