google.com, pub-5586298736741103, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sueños de Amor Y Magia

sábado, 8 de octubre de 2016

Soy como el ave fenix



En mi búsqueda.
En el profundo azul del océano, busqué mi camino
Y pensando que todo en ese mundo tenía sentido, me sumergí.
¡Qué naturaleza tan bella, que paraíso sin fin!
Nadé y buceé y durante un tiempo creí ser feliz,
mas que poco duró, que cuando pensé que era invencible
el oxígeno me faltó.

Ahora estoy en medio de la nada, intentando salir
viva por fuera, muerta por dentro, pero sigo aquí.
Escucho voces allá arriba, OH! Dios, es la gente que me quiere
que está esperándome en la superficie.
Debo subir, lo sé, no puedo defraudarles.

Mi vida no ha acabado, es más, mi misión aún no ha empezado,
pero aquí abajo está todo tan oscuro 
que se me hace imposible conocer mi verdad
estoy atrapada entre las algas marinas
el salitre ciega mis ojos, arruga mi piel
el mar me consume...
no creo que pueda aguantarlo mucho más.

Busca en tu interior, piensa en ti,
has nacido para algo, todos lo hacemos,
pero no siento paz en mi interior
y no obtendré respuestas 
hasta que no esté en paz conmigo misma.
Y una voz, desde el interior de mi propio cuerpo, me habló:
“Abre los ojos Angélica, y vive.
Vive para ser feliz tú, y sólo así harás feliz a los demás”.
Y como si de una fuerza sobrehumana se tratara
mi cuerpo empezó a emerger, tan rápido, tan vivo.
Aquí estoy, de nuevo en el punto de partida,
y observando el mundo en el que he nacido
y en el que he de morir, me paro y digo:
“Como el Ave Fénix, resurjo de mis cenizas,
me siento bien, voy a vivir”!!!

Luchas y victorias



Quiero expresarte mis sentimientos surgidos en mi caminar
por mi mundo interior de luchas y victorias.
Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz del día.
He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad.
Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste.
Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciega, prisionera y angustiada.
Tu me llamaste y tuviste misericordia de mí.
Por ese milagro y muchos más, sé que tu estás en mí, ahora,
y más allá de mis pensamientos.
Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores,
sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba,
pero que tu alumbraste poniendo en mi ser arrepentimiento y
liberándome de todo lo negativo de mi interior.
Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón
y perdonarme a mí misma.
Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste.
Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor
de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder
sanarme emocional y espiritualmente.

La felicidad no existe

Reflexión de un sabio

Cuando el amor es verdadero



Cuando el amor es verdadero, no se acaba por los problemas, ni se debilita por el paso del tiempo, sino que perdura para siempre.

No hay vencedores ni perdedores

Mujer conserva a la niña en tu corazón

Entrada destacada

El milagro de existir

+-