"No tengo nada que demostrarle a nadie. Ya no. La única persona que puede necesitar demostración alguna, como prueba de crecimiento, soy yo… consciente de que los días que ando floja de límites, eso puede ser un riesgo para la paz mental.
A esta altura del camino puedo invitarte un café o un mate y, entre medio de los vapores, contarte las distintas formas que tengo de desenredar los días más complicados (cuando me sale).
Podemos sentarnos cuando quieras en un banco de una plaza, en el balcón, en la costa de río, y te muestro lo que veo cuando veo los atardeceres.
Te puedo invitar a comer a casa y describirte cómo la música me transporta, y me completa, y me cura. Y te la puedo presentar en primera persona o de fondo.
Me puedo animar a leerte con mi propia boca, mis propios escritos, incluso aquellos crudos, frescos, a medio hacer… con lo vulnerable que son, y lo vulnerable que soy en ellos.
Te puedo regalar un pedazo de mi historia, con sus estaciones y sus relieves, sus héroes y sus villanos, sus dolores imborrables y sus alegrías imborrables.
Te puedo ofrecer mi cuerpo completo: un oído para tus palabras, un hombro para tu duelo, una mano que te levante, unos pies que te acompañen cuando te cueste empezar, unos brazos de abrigo, una sonrisa de repuesto.
Podemos quedarnos después de hora, y te convido algún que otro secreto, algún que otro sueño, algún que otro deseo.
Te puedo mostrar mi armadura y el corazón que protege.
Pero no te voy a demostrar nada. Nada que deba forzarse. Nada que deba inventarse. Nada que deba obligarse.
Si algo queda demostrado en mí, es porque ya es parte de mí.
No lo demuestro, lo muestro… escrito en la superficie.
Y esas cosas que no se encuentran en mi superficie, y para las que hay que zambullirse o a las que debo desnudar, esas cosas que son muchas y que también son parte de mí, quizás no requieren que las demuestre, sino que las comparta (a veces, algunas). Pero compartirse ya se negocia distinto.
No te voy a demostrar nada. Nada que no sea autóctono. Nada que no sea honesto. Nada que no sea real.
No te voy a demostrar nada porque no tengo nada que probarte. Las pruebas son personales, lo que dejan en nosotros (y de nosotros) es lo que somos."