¿¿MI VIDA YA NO ES TAN MÍA??
Recuerdo los días en que despertaba por las mañanas, me preparaba el desayuno y me sentaba a la mesa a disfrutar de mi café, y así empezaba mi día sin prisas, tomaba un baño que al menos duraba 45 minutos, rápidamente me preparaba para disfrutar mi día, me vestía con mis mejores ropas, amaba lo que veía frente al espejo, fueron días buenos…
Mi vida ha cambiado, mi vida ya no es tan mía, a veces no reconozco a ésta que soy, a ésta que se levanta cuando aún esta oscuro para organizar el día porque, aunque tenga 24 horas ahora soy mamá.
Sí, soy mamá, y para nosotras no hay días libres, no hay feriados, no hay descanso porque aun cuando es de noche una madre siempre está preocupada, siempre está pensando en sus hijos, en los te amo que les dijo antes de irse a la cama, en todas las veces que dijo basta ya no más, en cada palabra injusta que se le escapó durante del día.
Ser mamá es complicado, sí que lo es…
Y es que mi vida ya no es tan mía, ahora es NUESTRA.
Ya no me despierto por las mañanas pensando en mí y solo en mí, ahora tengo a esas personitas que siempre están dispuestas a darlo todo, a esas que me llenan de besos y dibujos, a esas que pusieron mi mundo de cabeza pero que no cambiaría por nada y es que ser madre es complicado pero hermoso a la vez.
No imagino mi vida sin mis hermosos hijos, ellos son mi vida, al final del día me acuesto exhausta pensando en todo lo que debo hacer mañana en medio de las tareas, la ropa sucia, la limpia y los juguetes, tengo un sentimiento muy gratificante, es una sensación de orgullo al ver mi esfuerzo para criarles sanos y llenos de amor, no de un amor fingido, ni de un amor lleno de palabras sin fundamento, es un amor que día a día les demuestro con hechos.
Aun cuando no logro reconocerme en el espejo porque no soy la misma, prefiero mil veces esta vida que es nuestra, la vida que me hizo crecer y madurar, la vida que no me deja ser egoísta, la que tiene prioridades, la vida que me ha traído tantas alegrías y preocupaciones.
No podría pedir otra vida, quiero ésta que no es tan mía. es nuestra.
(Texto de Shanon Araya)
Recuerdo los días en que despertaba por las mañanas, me preparaba el desayuno y me sentaba a la mesa a disfrutar de mi café, y así empezaba mi día sin prisas, tomaba un baño que al menos duraba 45 minutos, rápidamente me preparaba para disfrutar mi día, me vestía con mis mejores ropas, amaba lo que veía frente al espejo, fueron días buenos…
Mi vida ha cambiado, mi vida ya no es tan mía, a veces no reconozco a ésta que soy, a ésta que se levanta cuando aún esta oscuro para organizar el día porque, aunque tenga 24 horas ahora soy mamá.
Sí, soy mamá, y para nosotras no hay días libres, no hay feriados, no hay descanso porque aun cuando es de noche una madre siempre está preocupada, siempre está pensando en sus hijos, en los te amo que les dijo antes de irse a la cama, en todas las veces que dijo basta ya no más, en cada palabra injusta que se le escapó durante del día.
Ser mamá es complicado, sí que lo es…
Y es que mi vida ya no es tan mía, ahora es NUESTRA.
Ya no me despierto por las mañanas pensando en mí y solo en mí, ahora tengo a esas personitas que siempre están dispuestas a darlo todo, a esas que me llenan de besos y dibujos, a esas que pusieron mi mundo de cabeza pero que no cambiaría por nada y es que ser madre es complicado pero hermoso a la vez.
No imagino mi vida sin mis hermosos hijos, ellos son mi vida, al final del día me acuesto exhausta pensando en todo lo que debo hacer mañana en medio de las tareas, la ropa sucia, la limpia y los juguetes, tengo un sentimiento muy gratificante, es una sensación de orgullo al ver mi esfuerzo para criarles sanos y llenos de amor, no de un amor fingido, ni de un amor lleno de palabras sin fundamento, es un amor que día a día les demuestro con hechos.
Aun cuando no logro reconocerme en el espejo porque no soy la misma, prefiero mil veces esta vida que es nuestra, la vida que me hizo crecer y madurar, la vida que no me deja ser egoísta, la que tiene prioridades, la vida que me ha traído tantas alegrías y preocupaciones.
No podría pedir otra vida, quiero ésta que no es tan mía. es nuestra.
(Texto de Shanon Araya)
