El día que te deje ir

 

El día que te deje ir
Un día me obligué a partir, desperté decidida y dije: hasta aquí. Me costó mucho dolor, necesité mucho valor para renunciar a ti.
Aunque era poco lo que me ofrecías, 
fue difícil dejarte ir.
El adiós que más duele es aquel que no se quiere decir. Obligarse a uno mismo a no responder, a no llamar a no revisar tu perfil en mi celular es muy cruel y difícil de soportar.
¿Y por qué que me fui? -te preguntarás-
Se podría pensar que, por capricho, por disgustó o como un mero chantaje, pero 
no fue así.
El día que te deje ir, lo que me movió, lo que
 me dio valor, fue el amor...
Te amo tanta vida mía que yo sabía, que no eras feliz. Presentía que tu sonrisa ya no me pertenecía, que tus poemas y tus caricias ya no eran mías, no era yo a quien tú querías en tu vida y tuve que partir.
Sabía que no eras tan cruel o valiente para decirme la verdad de frente, y te ofrecí una salida un escapé, yo te amo y me gusta verte feliz y enamorado, aunque no sea de mí.
Porque yo prefiero tu felicidad a costa de la mía, y yo vi que ella te hacía sentir así.
Siempre lo negaste, pero era evidente que
te tenía motivado y ansioso por salir, un sentimiento que ya no demostrabas hacía mí.
Me arranque el corazón, lo metí muy en silencio en tu bolsillo muy cerquita de tu lado izquierdo la última noche que estuviste junto a mí, te abracé en silencio y muy fuerte, te di un beso en tu frente, ya sabía que no volvería a verte y me fui.
He derramado una lágrima por cada centímetro que hoy nos separa. Y he elevado una oración de todo corazón, para que dios bendiga su unión. Y siempre al terminar, pido por ella en especial, tu mujer, tu confidente, tu compañera,
la única mujer a quien puedo yo envidiar, porque tiene lo más bonito, lo más preciado, te tiene a ti a su lado, rezó para que te apoye, te comprenda, te cuide y te quiera, mucho mejor de lo que pude hacer yo.
Cuídalo por mí señorita bonita, el hombre que duerme entre tus brazos es el amor de esta y todas mis vidas, dios los bendiga.
El día que te deje ir, fue mi mayor acto de amor
No hubo fracaso el objetivo siempre fue verte feliz, conmigo o sin mí.

EN EL CIELO TAMBIÉN SE LLORA.

 

EN EL CIELO TAMBIÉN SE LLORA.
CARTA DE UN SER QUERIDO QUE YA PARTIÓ
En el cielo también se llora cuando perdemos a los que quedan en la tierra.
Tus lágrimas no las necesito en el cielo, te necesito a ti en la tierra para que corras tras la vida, para que rías y sientas...Para que continúes lo que deje inconcluso por venirme aquí.
Los recuerdos son del ayer, y tu presente eres tú, y si tu sólo te dedicas a llorar y sufrir por mí, siento que no me honras, y que sólo yo era valioso/a para ti...Recuerda aún quedan los demás de nuestra familia que te necesitan, y tú a ellos. Vive y recuerda sin sufrir aquellos momentos que me hicieron feliz a tu lado sin cesar.
Otorgarme la felicidad de descansar bien, de no verte sufrir tanto, te concedo la libertad de apartarte de tanto llanto, nuestra separación sólo es temporal, la vida pasa pronto, y luego nos reuniremos de nuevo.
Tienes VIDA para disfrutarla, y por mi pérdida renuncias a ello.
Yo, entregue mi cuerpo y mi alma para vivir feliz como vivo, y deseo que tú también estés feliz...pero sólo veo tus lágrimas, y te escucho decir que nunca lo superarás.
No me has perdido aquí estaré esperándote a ti, para vivir juntos lo que en la tierra no pudo ser.
No me busques en lugares ni en personas donde ya no estoy, búscame donde siempre estuve y estaré...Muy dentro de ti.
Las cosas no son siempre como queremos, pero estaré esperando con deseos de escucharte decir.
Viviré a plenitud lo que me reste de vida, y así uniremos el cielo con la tierra.
Desconozco los autores del texto y del gráfico, honro su talento y comparto con respeto.

Lo peor fue tu partida

 

Qué difícil fue entender que tenías que irte,
porque nunca imaginé que pasaría,
que llegaría ese día en que tenía que obligarme a decirte adiós por más que el corazón se me partiera en cientos de miles de pedazos...
Y es que eso fue lo peor,
verte partir sin siquiera despedirte,
cuando menos lo supuse ya no estabas
y tuve que lidiar con eso,
aceptarlo con tiempo...
Aprender a vivir así,
aceptando que te habías ido.

A mi ángeles en el cielo

 

Cuando pierdes a alguien es porque Dios necesitaba ángeles y eligió a tus seres queridos la tristeza es infinita, no hay dolor que se compare a eso. Y pasan los días y por momentos el dolor pareciera anestesiarse, pero no, la tristeza funciona como las olas del mar, se aleja para volver con más fuerza, entonces te tira de un golpe y te revuelca sin que puedas hacer pie y levantarte.
La tristeza hace nido en los pliegues del alma y aparece cuando menos la esperas y vuelve a morderte el corazón. Y lloras porque las lágrimas de alguna manera alivian y porque además no puedes evitarlo.
Estoy triste y no voy a pedir disculpas por no poder superarlo porque la verdad es esa HOY NO PUEDO, lo intento, pero me caigo de nuevo. 
A mis ángeles, sepan que los extraño, que los amo y que cuando se fueron se llevaron un poco de mí. 
Les pido que esta noche me abracen no tienen idea de cuanto las necesito. 
Yo como cada día miraré el cielo y me preguntaré desde que estrella estarán mirándome. Besos al cielo. Los amo.
Autor: Marita 

Mis noches oscuras

 

Porque me fui de tu lado

 

Nunca estaremos preparados para la muerte de quien amamos

 

Como acepto el dolor de tu partida?

 

¿Cómo se enfrenta al dolor y aceptar que te marchaste a un lugar donde no hay día de visita? 

¿Cómo le cobro al tiempo la crueldad de no permitirme disfrutar un poco más de ti?

¿A quien le tengo que reclamar? Quien tuvo la brillante idea que necesitan un ángel. 

No se si el dolor es en el corazón..  en el alma solo sé que es una sensación horrible donde me tiembla el cuerpo.

La impotencia de no poder retroceder el tiempo. 

Esta noche le pido a Dios que me de esa fuerza para aceptar unos días mas sin ti.

Osiris Sáenz.

Necesitaba que te quedaras.

 

Raro y triste es como empezamos el año y como lo terminaremos

 

No llores por mi partida

 

El día que te vuelva a ver

 

Me he olvidado llorar

 

Te echo de menos.

 

Ahora te encuentras allá arriba...

observando de lejos todo lo que hago...

Te extraño igual o más que el día que supe que ya no estabas...

y así será por el resto de mi vida...

Descansa en paz, y espérame ahí...

en dónde ya no sientes dolor...

y te prometo que al llegar, serás la primera persona que buscaré...

Mientras tanto visítame en mis sueños y cuéntame cómo te va en el cielo...

Porque acá no es fácil vivir sin ti...

No deja de doler.

Nunca fui de despedidas.

 

Nunca supe muy bien cómo despedir a aquellos que jamás quise que se fueran. Lo cierto es que yo nunca fui de despedidas. Odio el último beso y el último abrazo. Y la palabra ‘adiós’ siempre estuvo en el lado de las que nunca quiero nombrar. 

Pero un día llega el momento en el que tienes que hacerte más fuerte que nunca para hacerlo. Y aun así, no he sido capaz. Porque soy de las que piensa que hay personas que no se van, aunque ya no estén. Porque no se puede decir adiós a los que no se van a ir. Eso no tiene sentido.

Así que traté de despedirme de la forma que sé, a mi manera. Trate de guardar fotos y retener recuerdos. De mantener por siempre olores en mi olfato, y sonidos en mi oído. Y grabé en mi retina cada una de las sonrisas, miradas y momentos que merecían la pena, mientras trataba de sentir, una vez más, cada uno de los abrazos.

Yo nunca fui de despedidas, pero un día tuve que mirar al cielo y aprender a echar de menos.

El día que te fuiste

 

Déjenme sufrir a solas.

 

No todo lo que se desea llega a nuestra vida

 

No todo lo que se ama dura para siempre, no dura cuando no se cuida, cuando se aleja, cuando se pone una barrera, cuando no hay más que quejas, cuando el tiempo es tan corto y la distancia pesa. 
No todo lo que llega perdura, se cansa cuando no hay entrega, cuando en lugar de besos, reinan las peleas, cuando lo de afuera es más importante que lo que se expresa, cuando una mentira daña todos los momentos buenos y lo que se siente en vez de orgullo, da pena. 
No todo lo que se desea llega, porque no basta con tener un sueño, si hay batallas que no se pelean, si no hay suficiente confianza para recibir las críticas ajenas, si no se entiende que lo que no se vive de joven,  puede que mañana ya no se pueda. No todo es sincero porque si hay suerte, no hay moneda, y si no hay moneda, ya nada nos queda. 
No todo lo que se va vuelve. Cuando uno entrega más de la cuenta, cuando el otro simplemente se cansa y no lo intenta, cuando la vida pasa la factura y las cuentas pendientes quedan. No siempre se tiene lo que se espera, cuando cada quien se reserva lo que sueña, cuando no se comparten las ilusiones por temor a que nunca sucedan, cuando el miedo a intentarlo se nos vuelve una dura prueba y cuando ya no quedan más motivos para pensarlo. 
No todo tiene una explicación porque hay conflictos que merecen una mayor preocupación, por que no todos llevan resiliencia en el corazón, porque algunos queremos dar todo y terminamos más solos en una esquina o en un rincón, porque el reloj no se detiene y a veces hace más falta lo que ya se tiene, porque hay heridas que aún cuando sanan nos duelen, porque nunca se está satisfecho con lo que se gana, porque no hay más tristeza, que la queda en los ojos cuando se va alguien que nos ama.
Autor: Eli Bt Fa

Fuimos un instante que se quedó con las ganas de ser eterno.

Fuimos un instante que se quedó con las ganas de ser eterno.

Ilusiones vacías por tu ausencia...

Un día más, una mañana más, un nuevo amanecer...

Son esos días que inventas nuevos aromas y nuevas palabras...

Todas ellas naciendo en mi corazón, sabiendo que nunca llegarán a tí, quedando ahí todas ellas, dando vueltas en todo mí alrededor...

Ahogándome en ellas y entre lágrimas!

Quisiera que fueras tú, que con tus labios me secaras las lágrimas y no mis dedos temblorosos por la falta de tu amor...

El amor no está en nuestras vidas, porque ni tu vida ni la mía, están destinadas a unirse...

Los sueños...

Sueños son y siempre estás en ellos, quedando rotos al amanecer, sólo ilusiones vacías por tu ausencia...