He salido fuera a "ver" un momento el mundo y me he dado cuenta que era mío, me he olvidado del "yo" y automáticamente me he hecho más grande y he pasado a poseer más: más tiempo, más personas, más cosmos... ¡Todo y todos somos de todos!... todos poseemos y somos poseídos. El encerrarnos en nosotros mismos, en nuestras viviendas, en nuestro ego, hace que no podamos disfrutar todo el resto del universo... que también nos pertenece. Hermanos de ardillas, cordilleras nevadas, pasajeros anónimos de un tren, hermanos de los robles, del cuarzo, de cualquier color... Aún nos falta evolucionar mucho, aún somos esclavos de la sangre, de la tribu que lucha.
El "nuevo" hombre que vendrá en el futuro, será sin ego, será la cima de la evolución y el que erige, por fin, la catedral definitiva.
Bueno, perdónenme ustedes este ataque de misticismo, la culpa la tiene mi subconsciente, que me provoca.
