"Antes de soltar los remos y decir ¡Me rindo! regálate un abrazo con todas tus fuerzas. Ve haciendo memoria de las guerras que has vencido. Sigue avanzando convirtiendo rocas en rosas por el camino. Antes de que digas ¡Hasta aquí llegué! recuerda que siempre existirá alguien que en todo momento te contemple y lo que más desea es ser como tú. Cuando haga falta respira profundo, pero no olvides continuar el viaje con pasos de fe.
Jamás te detengas y recuerda que adelante siempre existirán nuevos caminos, unos estrechos, otros amplios, unos breves otros duraderos, pero todos de bendición".
Marcela J. Villalón