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sábado, 24 de septiembre de 2022

MELANCOLÍA DE UNA MADRE

 


MELANCOLÍA DE UNA MADRE 
Yo pensaba que el corazón se daba entero y no fue así, a cada uno de mis hijos di un fragmento de mi corazón, y ahora que todos se han ido, siento mi pecho vacío; mi corazón está latiendo en otros lugares.
Las yemas de mis dedos el comal las ha quemado, pero mi dicha, si mi dicha la ha quemado el tiempo.
Cómo crecen las zanahorias, crecieron mis hijos frente a mis ojos, no me di cuenta en
que momento cambiaron la mirada tierna de su niñez a la mirada de sus muchas ocupaciones.
¡Ay de mi!, cansada, sin fuerzas.
Quien cuidará de mí? Nadie me cuenta un cuento antes de dormir, ni cubre mi frío con una sabana, ni abraza mis miedos, y solo anhelo algo, que mis hijos sean felices.
¡Ay de quien no entiende ser madre.