La vida sigue aunque parezca lo contrario.
Aunque se vista el cielo de gris;
la tierra se desnuda ante las flores.
Y las flores abren sus brazos implorando
una luz que todos buscamos para salir del túnel.
Las flores dan color a este mundo apagado y dormido, donde mucha gente parece que se haya pasado de estación,
y tengan el frío invierno en sus vidas.
La vida sigue y yo quiero seguir con ella.
Con el mismo entusiasmo e ilusión desde que la conocí, con la esperanza de que algún día me tenga en cuenta y desee conocerme.
El día que lo haga yo seré enteramente feliz, porque por arte de magia se unirán todos mis pedazos rotos del espejo de mi corazón;
y entonces volveré a creer en la primavera.
Ramón Martínez Pastor