Tú sobreviviste a todas tus guerras. Y tienes muchas cicatrices de tantas batallas. Sí. Sobreviviste a todo. Quizás te engañaron, quizás te despreciaron, quizás te decepcionaron. Pasaste angustia, dolor, y sufrimiento. Rompieron tu corazón. Pero sobreviviste, te repusiste, y nada te pudo vencer.
Por eso hoy eres fuerte, firme, e indomable. ¡Sí, te conozco bien!