Padre, te doy las gracias por darme opciones. Te pido siempre que me ayudes a elegir la verdad y no el mal camino. No me dejes disfrutar del dolor de otros. Recuérdame que no debo deleitarme en su sufrimiento o en sus malas prácticas, sino alegrarme de las decisiones buenas y veraces que han tomado. Ayúdame a ser parte de la solución y no del problema. Amén.