La alegría en la mañana es como
una ola, que se va extendiendo
en cada tibia y transparente
expresión de brío que reposa
nuestros rostros. Donde todo
el impetuoso aliento universal
penetra suavemente nuestros
cielos. Y es allí, donde las fuertes
emociones, percepciones
y también los sentimientos
reclaman esa inagotable
inspiración
de nuestros sueños.