Mi Dios y mi todo, te adoro al iniciar este día porque sólo tu presencia es capaz de animar mi corazón. Me abandono en tus manos y dejo que hoy sea un día guiado por tu amor dentro de mí. Gracias porque puedo sentir tu presencia animándome y levantándome con poder y fuerza. Te entrego mi corazón para que guíes lo que llevo dentro, entra hasta lo más profundo de él y conoce lo que tengo para que me ayudes a depender sólo de Ti.
Te presento mis tristezas para que cada día me animes a aceptar con fe lo que se escapa a mis fuerzas, para asumir con decisión lo que no puedo cambiar sólo con mis posibilidades, lo dejo en tus manos, porque sólo en Ti encuentro el descanso de mi alma y la alegría de mi corazón. No dejes que la desesperación y la tristeza me ganen la batalla.
Anima mi alma y dame fuerzas para vivir con valor y firmeza, confiando siempre en tu compañía. Te presento los deseos de mi corazón para que hoy me ayudes a discernirlos mejor, sabiendo siempre lo que realmente necesito. No me permitas ser conformista a la hora de hacer las cosas,
dame siempre la voluntad de permanecer de pie y no rendirme. Amén
Te presento mis tristezas para que cada día me animes a aceptar con fe lo que se escapa a mis fuerzas, para asumir con decisión lo que no puedo cambiar sólo con mis posibilidades, lo dejo en tus manos, porque sólo en Ti encuentro el descanso de mi alma y la alegría de mi corazón. No dejes que la desesperación y la tristeza me ganen la batalla.
Anima mi alma y dame fuerzas para vivir con valor y firmeza, confiando siempre en tu compañía. Te presento los deseos de mi corazón para que hoy me ayudes a discernirlos mejor, sabiendo siempre lo que realmente necesito. No me permitas ser conformista a la hora de hacer las cosas,
dame siempre la voluntad de permanecer de pie y no rendirme. Amén