Que no te abrace el olvido.
Que no te rompa el silencio.
Que no te arrastren tus lágrimas;
desde tu cielo al infierno.
Que ninguna mano caiga sobre tu cuerpo
sino viene acompañada de un ramillete de caricias.
Que nadie te impida cantar...
cuando toda tú eres cancion.
Que nadie corte tus alas,
ni cierre de un portazo
a todos tus sueños que tienen que venir,
porque tarde o temprano vendrán;
sí confías plenamente en ti.
Porque hay gente que intentará darte sombra
disfrazado de sol.
Porque habrá gente que querrá que vivas su vida... dejando de vivir la tuya.
Aún estás a tiempo de desplegar tus alas y volar.
De respirar bien fuerte y gritar, que para eso tienes voz. Que nadie ni nada te impida ser feliz, que nada ni nadie te impida ser tú.
Ramón Martínez Pastor
Que no te rompa el silencio.
Que no te arrastren tus lágrimas;
desde tu cielo al infierno.
Que ninguna mano caiga sobre tu cuerpo
sino viene acompañada de un ramillete de caricias.
Que nadie te impida cantar...
cuando toda tú eres cancion.
Que nadie corte tus alas,
ni cierre de un portazo
a todos tus sueños que tienen que venir,
porque tarde o temprano vendrán;
sí confías plenamente en ti.
Porque hay gente que intentará darte sombra
disfrazado de sol.
Porque habrá gente que querrá que vivas su vida... dejando de vivir la tuya.
Aún estás a tiempo de desplegar tus alas y volar.
De respirar bien fuerte y gritar, que para eso tienes voz. Que nadie ni nada te impida ser feliz, que nada ni nadie te impida ser tú.
Ramón Martínez Pastor