Al principio duele mucho una separación, un divorcio, una ruptura. Porque quizás hubo mucho amor, pero ya se dieron cuenta que no fue suficiente. Que ambos traían traumas de la vida, de los cuales no fueron culpables, pero las consecuencias siguen allí en cada uno, para llenarse mutuamente de culpas, enojos, o amargura. Y hoy se acusan de todo, cada uno con un poco de razón. Así que toca soltar para no seguir lastimándose. Sí, necesitan ambos dejarse ir en paz. Para que, en esta vida tan corta, ninguno pierda su oportunidad de ser feliz. Y aunque haya habido muchos problemas... agradezcan lo bonito, perdonen las ofensas, suelten. ¡Y elijan vivir en paz!
Ramon Torres
Ramon Torres