“El dueño del tiempo es Dios y, como tal, determina nuestro hoy y escribe nuestro mañana. Ten la seguridad de que, en nuestras vidas, solo sucederá lo que Él quiere. No tiene sentido acelerar el paso, no cambiará la situación a su favor. Es el dueño del tiempo el que nos enseña que hay momentos necesarios, que tienen que pasar para fortalecernos, hacernos crecer y prepararnos para las victorias que buscamos. La acción de Dios es hermosa en la vida de quien confía plenamente en él. Cree en el tiempo de Dios y Él transformará las lágrimas en sonrisas, el dolor en felicidad y las luchas en victorias ...”