"Mi mamá me dijo una vez: Cada vez que lo perdones, él te querrá un poco más; pero tú lo dejarás de querer. Así que el día que el más te ame, tú ya no sentirás nada por él".
Hermosa, cada mentira que vuelves a justificarle le da la seguridad de que siempre caerás rendida a sus brazos con unas disculpas y algún detalle, poco a poco, cada nueva mentira lo hace más fuerte, cada vez se le hace más fácil engañarte, inventar una barata excusa sin hacer tanto esfuerzo, se le hace tan sencillo regresar con un ramo de flores y un discurso falso para solucionar todo el mal que te ha hecho.
Princesa, todas las lágrimas que te hace derramar, a él le dan vida, le hacen ver que tiene un gran poder sobre ti, que puede manipular tus emociones a su antojo, que puede jugar con tu corazón las veces que quiera, cada gota de tu llanto le sube el ego, le dan la tranquilidad que existe algo que siempre te ata a ese maldito, que existe una cadena invisible que hace que sea imposible dejarlo.
Mujer, cada majadería que minimices, cada grosería que consideres que es insignificante, cada que digas que sus amenazas o chantajes son problemas menores, cada que hagas oídos sordos a sus reproches, cierres los ojos a sus primeros indicios de violencia, cedas lugar a sus deseos mezquinos, guardes silencio ante sus atropellos, para él se le hará normal humillarte o lastimarte de mil formas distintas.
Cada día él te querrá más sumisa, obediente y frágil, el querrá que perdones una a una de sus traiciones, infidelidades, golpes o engaños, se le hará común cada abuso o falta de respeto, en su mente se quedará la idea que de siempre tendrá tu perdón, que serás la mujer incondicional de toda la vida, él te moldeara a su manera, hará de tu boca una extensión de la suya, hará que antes de mencionar alguna palabra tengas su permiso.
Un día te cansaras de vivir a su sombra, si es que a esa humillación constante se le puede llamar vida, harás tus maletas y levantaras la frente, caminaras rumbo a esos lugares y personas que no debiste abandonar jamás, ese bendito día habrás entendido que tu dignidad vale mucho más que un hombre mediocre, ese día serás inspiración y ejemplo a seguir para muchas otras mujeres que actualmente están presas en el mismo infierno, pero en el que nunca es tarde para escapar.
Mi niña, reconocer y pensar en dejar a ese patán, imaginar una vida distinta donde realmente seas feliz y seas valorada en tu cuerpo y en tu persona, ya es un gran paso adelante por rescatar a la gran mujer que un día fuiste, ese gran paso es un valioso acto de amor propio.