Señor, te alabo y te bendigo por todo lo que me has permitido vivir a lo largo de mi vida. En este momento quiero ponerme en tus manos para que me cuides, me llenes de paz, me hagas sentir seguro y amado. Confío todo lo que soy en tus manos, cuando me siento en ellas no tengo miedo y estoy seguro de que todo saldrá bien. Gracias por hacerme consciente de la necesidad de dejarme mover por la acción de tu Espíritu Santo y dejar que muchas cosas en mí cambien.