Me fui de ti amándote en silencio y con el corazón hecho pedazos, pero sobre todo me aleje entendiendo que estar allí esperando algo que no tendré nunca y que lo que nunca fue mío jamás llegará, que seguirte esperando solo hará más larga y lenta mi agonía. Y tuve que elegir entre seguirte esperando o amarme más a mí misma, y por supuesto que haber renunciado a ti no significa que no te amé nunca, es simplemente que comprendí que no te hago falta y que nunca te inspiré realmente nada, que por más que yo insistiera en buscarte solo te alejaría cada vez más y sé que nunca fui ni seré nada para ti, pues el simple hecho de sentir tus brazos alguna vez, no me convertiría en el amor de tu vida, aunque por mi parte tú fuiste todo para mí, pues el sólo hecho de sentir por un rato tus besos, tus caricias y sacarle a tú rostro una sonrisa, me hacías sentir que era importante para ti, aún que todo fue pasajero, sé que no le diste nunca la importancia que yo te daba aun sabiendo que a mí lado nunca te quedarías y hoy que ya no he vuelto a verte solo siento vergüenza de haberte dicho algún día que yo te amaba porque pienso que tú a solas de mí solo te reías, por entregarme a tus brazos solo cuando tú querías y que no haberte exigido nunca nada no es porque no crea merecerlo, es simplemente que supe que nunca me lo darías, no quisiste darte tiempo para verme solo un día, un rato o unos segundos para darte entre caricias, cada uno de los te amó que tontamente yo quería entregarte para que tú al fin entendieras cuánto a ti yo te quería, pero hoy por fin comprendo que no fui nada en tu vida y me alejo con la luna haciéndome compañía y escribiendo mi nostalgia para hacerla algún día de estos una hermosa poesía, y tengo a Dios por testigo que cada te amo que te dije con el alma lo decía y tú con cada fría indiferencia el corazón me partías, que al final terminé optando por renunciar a volver a sentir tus labios y aceptar que aunque te amó puedo vivir sin tenerte, aún que cada vez que te extrañe sienta que se me va la vida, pero si pude yo amarte aun cuando no lo merecías, entonces podré lograrlo dejar de amarte con esa intensidad con la que siempre lo hacía, y arrancarte de mi mente será mi mayor reto día tras día y al final cuando lo logre podré amarme como nadie nunca más me amaría, ya no volveré a buscarte y no volverás más a mirarme, que de lo único que voy a arrepentirme será de haberte amado tanto y de haberte nombrado entre mis llantos, y se acabará el encanto que por ti algún día tenía, tal vez cuando al fin comprenda que haber derramado mis lágrimas y haber perdido tanto tiempo por ti, tal vez no lo merecías, y que tal vez fui solo un ángel volando en ese cielo equivocado y en el que tú por supuesto, conmigo jamás volarías.
Autora:María Eugenia González–Maru