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sábado, 12 de febrero de 2022

Te amé de mil formas

 




Desde aquí se ve nublado 
Sólo te pedí un poco de amor; ni todas tus horas, ni todos tus días, sólo momentos que te sobraran, un mensaje en espera, una letra en mí corazón. 
No te pedí más de lo que merecía, al contrario; contigo conocí el sacrificio de la espera, los minutos lentos y las horas largas; de la cama vacía y a lo lejos tú. 
Aprendí a fuerza de voluntad, a cerrar los ojos e imaginar tus besos sobre mi piel; esta piel que, sin sentirte, te dio todos sus poros, sus lunares, el sudor dejado en la sala de espera. 
Tampoco espero que leas esto; fui el fantasma de tus noches, asechando una sonrisa, a la espera de un te quiero y saberte ajeno, en los tibios brazos de otro suspiro. 
Llenaste las maletas de promesas falsas que creí, que crecieron como enredaderas en mis sueños, en mis fantasías. No, no te pido nada, pero te di mucho ¿Fue poco para ti? 
Esas horas que callado tenía que esperar un mensaje, una llamada, un 
 ¿Cómo estás? 
Cada vez más ausente, cada vez más retirado y desde aquí se ve nublado. 
Me entregué a la ilusión de un fuego que nunca ardió; de unas manos que nunca llegaron; de una piel desesperada y setecientas noches buscando tu rostro; Te di todo y más...
Me voy, porque si me quedo, muero. Si te espero, nunca llegaras y el tren está por salir; quiero ir a otra estación, viajar, olvidarme de tu mundo y tus sonrisas, de tu espalda suave y perfecta, de todo lo que no me diste y lo esperé. 
Me voy, yo con mi adiós, tú con tu sonrisa...
No te reclamo nada; sé que la que poco espera, poco le dan. Te amé, de formas distintas a las que te acostumbraron; pero te amé. 
Alza tus alas vuela, te deseo lo mejor, pero lo mejor se va en el tren que te dice adiós. 
Te amé a mis formas, pero te amé.
Un adiós nace, cuando muere la sonrisa que nos unió.
De un jardín que se está secando.
Vogard Pastelin Taboada