Pronto llegará el día en que por fin verás que todo valió la pena. Cada noche sin dormir, cada decepción, cada frustración, cada lágrima. Pronto verás que todo resultó bien, que eres muy feliz y que el esfuerzo rindió. Recuerda que nada llega sin haber peleado antes, y que nada sucede si no le pones ganas. Sigue así, no te rindas.