Hay espacios que son de los dos, pero debe hacer cosas que sean de cada uno. Y a estas últimas es necesario respetarlas. Cada cual debe tener su derecho a la intimidad y a secretos y a refugios. No puedes ni debes saberlo todo sobre tu pareja. La confianza también consiste en deja que cada uno sea en esos lugares aparte.
Siempre habrá una pérdida, que puede o no reflejarse en el balance final, pero va a estar ahí. Mejor es que te hagas a la idea, y no te obsesiones con recuperarla. Parte de la magia de todo acto productivo es que es necesario que algo se pierda en el proceso, que regalemos al azar un poco, para demostrar que no tememos a la derrota.
Si no te gusta lo que el espejo te devuelve, debes lamentarte menos y hacer más. Es una regla muy sencilla: preocuparse no suma, ocuparse sí.
Así que sal de frente a tu reflejo y haz lo necesario. Una buena caminata, de unos 30 minutos al día, puede obrar ese milagro que tanto necesitas.