Páginas

Páginas

Páginas

Páginas

jueves, 7 de octubre de 2021

Volverás a Florecer

 


Tú TRANQUILA…
Se divorció de aquel que llamaban ‘buen hombre’. De esos partidazos que la gente dice envidiar.
Se divorció de aquel que al cerrar la puerta gritaba fuerte pero al mundo le regalaba su voz más bajita y paciente.
Se divorció de aquel que la engañó incontables veces pero al resto siempre le dijo que su esposa era la única en su vida... olvidando las que entraban en su cama.
Se divorció de aquel buen hombre que tantos y tantos admiraba por su arduo trabajo ‘para que a su familia no le faltara nada’ pero dentro de cuatro paredes les faltaba tiempo, les faltaba amor.
Se divorció de aquel hombre que sacaba una foto casi perfecta con los hijos (esos con los que poco pasaba y mucho ignoraba) y la posteaba con mil palabras de amor; el padre ejemplo, el padre del año... el mejor actor.
Se divorció de aquel buen hombre, el que por la calle siempre la elogiaba mientras que en su habitación la maltrataba, la insultaba, la marchitaba.
Se divorció de aquel hombre ‘perfecto’ tan perfecto que su vestimenta le cuestionaba, que un arranque de celos golpes le ocasionaba, de esos que aventaba las cosas en casa.
Se divorció de aquel buen hombre que la gente admiraba al verlo por la calle con un enorme ramo de rosas, mismo que obsequiaba tras una disculpa dolorosa después del engaño, del maltrato, de la mentira sin fin... de la mala vida.
Se divorció de aquel hombre que le vendía al mundo un amor perfecto... tan perfecto que ella lloraba encerrada en su habitación tras no hacerle entender lo mucho que la lastimaba, le suplicaba que por favor cambiara.
Se divorció de aquel buen hombre del que todos escuchaban palabras bonitas de amor, pero nadie nunca escuchaba que de ‘inútil’ no la bajaba, lo mucho que la insultaba... que a eso ya estaba casi acostumbrada.
Y cuando ella al fin tomó sus maletas y se marchó la gente la juzgó, y la juzgó duro:
“Como pudiste dejarlo, no vas a encontrar otro hombre como él” -ojalá- repetía en voz quedita con el nudo en la garganta.
“Seguro lo engañaste”, “es que no lo atendías como debe ser” , “el matrimonio es para toda la vida”
Es que esto, es que el otro...
No sólo se marchitó también pasó a ser la mala, la que ‘fracasó’ , la que falló...
Pero ella al fin se divorció de aquel buen hombre... ese que hace ya tiempo desapareció. No, no se divorció de aquel con el que se casó, se divorció de otro totalmente diferente al que un día le dijo aquel: juntos por siempre.
Tranquila, sé que pronto vas a volver a florecer.“
Un fuerte abrazo para ti.